martes, mayo 24, 2005

DE PUTAS




Una mujer de enormes pechos, minifalda y excesivo maquillaje espera junto a un hombre cuarentón y tempranamente canoso en la discreta cola de una oficina de Hacienda. Los dos entablan una conversación.

Mujer (con acento sudamericano): Qué harta estoy de hacer colas.
Hombre: Y yo, mujer. No se llega a acostumbrar uno. Encima me toca pagar.
Mujer: Pues a mí me devuelven, miamol, que este año pasado he tenido un trajín de no te menees. Como trabajo en un burdel cerca de una base militar, he acabado casi todos los días patizamba.
Hombre: Es lo que tiene…


Esto es una ficción, pero puede ser, aunque suene a broma, una realidad si se le hace caso a CC.OO, que ha dicho que los cientos de miles de putas que trabajan en España (entre 300.000 a 400.000 prostitutas en activo y de las que más del 90% son inmigrantes y la mayoría trabajan en hoteles de carretera) necesitan urgentemente derechos laborales para impedir ser explotadas.

Preguntas:

¿Si una puta (o puto) se va al paro, el INEM le puede llamar para que ejerza otra vez su “oficio” si no quiere perder su subsidio?

¿Uno podría reclamar tras un mal servicio? ¿Habría garantía? ¿Libro de reclamaciones? ¿Cursos del INEM para ser una buena puta?

¿Qué es una puta, la del bolsito y la liga? ¿La de la Casa de campo y los clubs de carretera? ¿No hay putas de lujo y hasta casadas? ¿Regulamos a las pilinguis sólo? ¿Como? ¿Y a los proxenetas? ¿Podrá un proxeneta hacer la declaración y justificarla?

¿Las putas de Holanda (la panacea del que defiende la legalidad de este inmenso negocio) son todas holandesas o casualmente son filipinas, tailandesas, cubanas, dominicanas…? ¿Qué significaría esto?

Yo no creo que aquí se “empuje” (como escuché en la tele) a nadie a hacer la calle, cosa que sí pasa en el tercer mundo. Y si es así, estamos hablando de mafias, de trata de blancas. Puro crimen que hay que tratarlo como lo que es, como un delito.

Yo, que sigo dudando y buscando opiniones y estudios sobre el tema, he ido de putas y aconsejo que aquellos que defienden la legalidad del “oficio” se pasen por un puticlub, a ser posible a uno de los baratos. Y luego hablamos. La mayoría de las putas (en general jóvenes) quieren mucho dinero por una desagradable, sacrificada temporada, no buscan un "oficio".

Irma la dulce es mentira, es una peli muy bonita, pero pura ficción. He vivido años en un edificio madrileño con tres casas de putas y TODOS los días tenía -en escaleras y portal- meadas, pintadas, colillas, cristales rotos y cosas quemadas. Un día ardió hasta el ascensor. Y sin olvidar los golpes, gritos y risas de las putas de una a cuatro de la mañana, hora punta de sus negocio. Eso también es la prostitución, su clientela no sólo se basa en el estereotipo del ejecutivo o el marido infiel, sino en auténtica escoria social.

No sé si soy un facha, lo que sí sé es que hay cosas que no me cuadran en el autoproclamado “pensamiento abierto” y que sigo dudando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es curioso que muchos de los que abogan por la "legitimación" de este negocio sean quienes no decen sus consecuencias. Ya lo pone en el texto:me gustaría ver a alguna de esas "mentes abiertas" viviendo (y padeciendo) encima de un putiferio. Es lo mismo que en el caso del botellón, aunque no tan "sucio".

El caso es que. tampoco es menos cierto., el oficio más viejo del mundo necesitaría algún tipo de regulación para alejarlo de su estado actual, que solo propicia mierda y más mierda. No se cómo estarán las cosas en Holanda, pero creo que la legalización del puteo sí ha servido de algo ¿no?.