viernes, diciembre 21, 2007

Goyas, cánones y leyes inútiles

Gloomy Sunday, tema de Reszo Seress compuesto en 1933, era candidata al Goya a la mejor canción original (sic) por esa espantosa y ridícula película llamada La Caja Kovak. Como compositora figuraba ¡Lucía Jiménez!

Dos días después, la Academia remendona se daba cuenta de la solemne cagada y anunciaba la retirada de Gloomy Sunday como candidata al Goya por no cumplir con los requisitos establecidos en las bases.
Pero no quedaba ahí la cosa, la negligencia llegaba a más. Lo explicaban así en el blog Las horas perdidas:

“Se cae de la lista Esa Luz de Mataharis, tema que en la película cantaba Luis Tosar, y que figuraba como composición de Luis Tosar, Piti Sanz y Santiago García de Leániz, que al parecer no era un tema compuesto expresamente para la película. La descalificación se hizo a propuesta de la Comisión de Música que se dio cuenta del error después de revisar las nominaciones. ¿Eso no se debe hacer antes de hacerlas públicas?”.

Santiago García de Leániz (Producciones La Iguana, responsable de Mataharis) se ha dado de baja de la Academia y ha declarado: "Ni siquiera me enviaron una notificación por escrito. Ayer (por el miércoles) me llamaron sin tiempo para poder recurrir la descalificación a los Goya. ¿Dónde está el periodo de consultas? Aunque para el disfrute de los académicos les enviaré a todos ellos el compacto con la banda sonora y la canción".

Nueva confirmación de lo mal que se hacen las cosas en este país donde los chicos de “la cultura” ya tienen su vergonzoso canon y una ley de cine que no servirá para nada. De ellos hablo en un nuevo artículo en mi blog, en CINE DIGITAL. La cosa va de universalidades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Vergüenza? No la conocen.

¿Qué hay de lo mío?

El Prestige y la guerra de Irak, les dieron mucho juego y estaban todos estupendos con las pegatinas del no a la guerra en los premios Goya.

Luego vino "La Pelota vasca, la piel contra la piedra" -el bodrio que perpetró Julio Médem y que desencadenó las lógicas protestas de los que sufren las pedradas de ETA en sus propias carnes- y los carísimos vestidos de Versace y Armani de los Goya se llenaron de pegatinas reclamando libertad de expresión.

Mientras, desde Berlín, Aitana Sánchez Gijón alertaba al mundo sobre el peligro para la libertad de expresión en la España de Aznar.

Al final, desesperados con el pérfido Aznar, su mayoría absoluta y las preocupantes encuestas, recurrieron a esa gran película llamada Hay Motivo, en la que explicaban a los 828 espectadores que la vieron lo urgente que era sacar a Aznar de la Moncloa y poner a Zapatero en su lugar.


>> Sigue...

Anónimo dijo...

Perdona, Iván, pero por si quieres leer lo que opino de toda esa tropa: ¿Qué hay de lo mío?