jueves, febrero 03, 2011

Hijos de

En la escuela de cine me enseñaron algunas cosas sobre los derechos de autor. La conclusión que saqué es que hasta para grabar una nube te pueden pedir algo por derechos de autor. Entiendo perfectamente que el autor de una obra exija derechos de autor a todo el que use su obra. Entiendo perfectamente, como dijo Godard, que un hijo menor de edad se beneficie de los derechos de autor del padre, pero lo que hacen muchos herederos es de un parasitismo repugnante. Y dañino para la cultura, para que la cultura se retroalimente, se reinvente, se reformule.

He conocido a señores de más de sesenta años que han vivido toda su vida de la obra de su conocido padre. A gente que no la han hincado en su vida y que han vivido de puta madre a costa de ser "hijo de". Gente que a cuento de los "bienes intangibles" de papá viven de los derechos de autor de un muerto. Y creo que no es ético permitirlo. Es legal, por supuesto, pero de moral discutible.

Hace días leí en el blog Ponzonha algo que a cualquier experto en derechos de autor le pondría los pelos de punta pero que a mí me gustó: “Mi abuelo abrió una tienda de calzados en 1969. La trabajó, la levantó, le dio un nombre y llegado el momento, se la dejó en herencia a un hijo. Mi tío se benefició del trabajo de mi abuelo, es indudable, pero sigue teniendo que madrugar todos los días para ganarse la vida. Un autor trabaja para crear obras y cobra por ello, pero, ¿es legítimo que sus herederos sigan cobrando durante 70 años contados a partir de la muerte del autor? Es decir: ¿Por qué mi tío tiene que madrugar y los herederos de Cela, de Saramago o de Asimov reciben un ingreso mensual sólo por llevar su apellido?”. Escrito la noche del lunes 31 de enero de 2011.

1 comentario:

Awake dijo...

La zapatería no tiene valor sin la acción humana. Sin embargo, una obra de cualquier tipo sigue teniéndolo igual o incluso más a lo largo del tiempo. Difícil cuestión, sí...