viernes, febrero 17, 2012

Maquíllate, maquíllate

Vuelven los Oscar y con ellos las fortunas gastadas en publicidad, los rumores, los cotilleos, las quinielas, las anécdotas imbéciles… todo eso que poco tiene que ver con el buen cine. Un año más la mayoría de las películas nominadas son muy flojas.

En estos Oscar me ha llamado la atención la categoría de Mejor actriz femenina. Las cinco actrices son buenas, pero todas menos una (Viola Davis, de Criadas y señoras) han tenido que interpretar con mucho maquillaje encima o con una gran transformación. En dos casos han tenido que imitar a alguien conocido (Meryl Streep en La dama de hierro y Michelle Williams en My week with Marilyn) y en los otros dos han sufrido una transformación muy exhibicionista (Glenn Close en Albert Nobbs y Rooney Mara en Los hombres que no amaban a las mujeres). La peli de la Streep y la de la Close también están nominadas al mejor maquillaje.

Me llama la atención que en esta categoría se hayan olvidado de Shailene Woodley, excelente y joven actriz que hace de una persona normal en Los descendientes. Y es que eso de hacer de alguien corriente y moliente no parece cuajar muy bien con los Oscar. Woodley, que con 20 años ya está bastante bregada en la tele (O.C., Crossing Jordan, Me llamo Earl o CSI: Nueva York) nos ha dado en la película Alexander Payne una lección de verdad, estilo e instinto. Es una pedazo de actriz. Pero claro, en su curro no hay maquillaje ni exhibición.

Por cierto: En pleno siglo XXI ¿qué le pasa a Hollywood con los maquillajes viejunos? ¿Han visto los maquillajes de J. Edgar, la de Eastwood? Dios santo, qué bochorno… Escrito la noche del jueves 16 de febrero de 2012.

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